El plástico es uno de los materiales más utilizados en la actualidad y, a la vez, más controvertidos por su lenta degradación natural. Sin embargo, conociendo cómo es el proceso de reciclaje del plástico resulta evidente las múltiples opciones que existen y el gran recurso que se tiene con él.
El reciclaje es el proceso que permite transformar residuos usados en materias primas completamente nuevas que pueden reutilizarse manteniendo todas sus propiedades. Vamos a ver cuáles son los pasos y el tratamiento que se aplica para reciclar el plástico, a continuación.
El paso más importante para reciclar es el que las personas deben realizar depositando los plásticos en el contenedor correspondiente. Tanto la labor ciudadana como la de las empresas resulta imprescindible y hay que tener en cuenta que en el contenedor amarillo deben tirarse envases plásticos (botellas, envoltorios…), envases metálicos (latas…) y los habituales tetrabriks (leche, zumo…).
Los productos depositados en los contenedores se trasladan a una planta de reciclaje para comenzar el proceso de reciclado del plástico. Esto lo realizan camiones acondicionados que, en función de la zona, pasan periódicamente a recogerlos.
La clasificación de los envases de plástico es muy exhaustiva: se desechan si llevan residuos, etiquetas de papel o cualquier otro material que impida su reciclaje. También se separan según su tipo de plástico y de clasifican por colores.
El triturado cosiste en la obtención de trozos de plástico muy pequeñas para facilitar los posteriores tratamientos a los que se deben someter.
En este punto, las pequeñas piezas de plástico se lavan para retirar todas las impurezas que pudieran quedar en los envases (tierra, cartón, comida…).
Dado que durante el lavado el plástico se moja, después hay que secarlo y, ya de paso, centrifugarlo a gran potencia para que cualquier otra impureza se desprenda del material plástico.
Este proceso mecánico busca que los trozos de plástico limpios obtenidos tengan un tamaño, una textura y un color similar. Así el resultado será óptimo y podrá ser reutilizado en otros procesos de fabricación.
Por si los trozos no fueran ya lo suficientemente pequeños y manejables, se grancean formando minúsculas bolitas (granza) que se almacenan en sacos. Esta es la nueva materia prima que se usará como plástico reciclado para nuevos proyectos.
El último paso en el proceso se reciclaje es la fabricación de un nuevo producto o envase. Según la demanda y sus necesidades, se elegirá un diseño y un modo de fabricación diferentes. En cualquier caso, esto muestra un uso del plástico muy variado, ya que el reciclaje puede realizarse en diversas ocasiones ayudando al medioambiente.
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