Cada vez más, se pone el foco en el enorme problema que generan los plásticos convencionales, ya que son altamente contaminantes para el medio ambiente y es muy complicado hacerlos desaparecer. Es por ello, que los plásticos biodegradables están ganando terreno por su rapidez a la hora de desintegrarse al estar diseñados para ser consumidos por organismos vivos.
Los plásticos biodegradables están realizados con materias primas renovables, como puede ser el trigo, el maíz, el aceite de soja o las patatas. A lo largo de este post queremos dejaros claro qué plásticos son biodegradables y cuáles no, además de explicaros cómo se fabrican o los usos que tienen para no confundirlos con los compostables. Estamos seguros de que esta información os va a servir de gran ayuda para conocer todo lo relativo a los plásticos biodegradables.
Los plásticos biodegradables son aquellos que están realizados con materias primas renovables, es decir, trigo, maíz, aceite de soja o patatas. En determinadas condiciones de temperatura y humedad, estos plásticos son consumidos por los microorganismos, entrando en un proceso de oxidación que favorece su conversión en agua, dióxido de carbono y biomasa. Por este motivo, no dejan residuos.
Los plásticos biodegradables se diferencian de los convencionales en que se desintegran en pocos años mediante la acción del medio ambiente, a diferencia de los otros que tardan unos cien aproximadamente.
Los plásticos biodegradables tienen la misión de sustituir a los plásticos convencionales, ya que son mucho menos contaminantes. En este apartado, vamos a hablaros de los dos tipos de plásticos que son biodegradables: los bioplásticos y los plásticos fabricados con aditivos biodegradables.
Se refieren a aquellos plásticos derivados de productos vegetales o materias primas renovables como el aceite de soja, la fécula de patata o el maíz.
Descubre más sobre los bioplásticos en este post.
Se realizan con productos que se obtienen de la petroquímica, a los que se le han añadido aditivos para que se degraden antes que los plásticos convencionales.
Hay que dejar claro que los plásticos biodegradables cuentan tanto con ventajas como con inconvenientes. Su fabricación exige un aumento de las zonas de cultivo y un aumento de la sobreexplotación de los ecosistemas naturales, además de tener un sistema de reciclaje complejo porque no se pueden mezclar con los plásticos convencionales.
Sin embargo, son más cuidadosos con el medio ambiente, ya que no tienen sustancias químicas y se pueden reutilizar como fertilizantes. Además, garantizan el olor y el sabor de los alimentos, ahorran energía y no precisan de la mano del hombre para que el residuo desaparezca.
Para la fabricación del plástico biodegradable se utiliza fundamentalmente el almidón, que se obtiene del trigo, la patata o el maíz. También es muy habitual el uso de la glicerina, que es la que aporta flexibilidad gracias a sus propiedades plastificantes.
Fabricar un plástico biodegradable es tan sencillo que podemos hacerlo incluso en casa. Tan solo necesitas los siguientes ingredientes: 30 gramos de maicena, 1 tacita de agua, 1 cucharada de vinagre blanco, 1 cucharada de glicerina natural, cáscara de fruta, un poco de tomillo, canela, calvo, colorante natural, un molde y una cuchara sopera.
Lo primero que tenemos que hacer es mezclar la maicena, el agua, el vinagre y la glicerina, y poner esta mezcla en un recipiente al fuego removiendo constantemente para que no haya grumos. Como manera opcional, se le puede añadir un colorante natural.
Después, tenemos que triturar las cáscaras de las frutas, mezclarlas con un poco de agua y añadirlo a la anterior mezcla, triturándolo todo junto. Una vez conseguida esta mezcla homogénea, podemos verterla en un molde o extenderla en una superficie plana, consiguiendo una fina lámina de plástico. Hay que dejarlo secar más de 24 horas para obtener un resultado perfecto.
Los usos que tiene el plástico biodegradable son bastantes y diversos. En nuestro hogar, podemos verlos en bolsas de residuos, vajillas, juguetes, envases de alimentos crudos o cocinados, o elementos decorativos, entre otros.
También son muchas las industrias que hacen uso de los plásticos biodegradables, como la de la automoción, alimentación o belleza. Los parachoques de los coches, algunos envases alimentarios o los cepillos de dientes pueden estar fabricados con este tipo de plásticos.
Por último, en el sector de la medicina y la farmacia, es muy habitual encontrarnos con plásticos biodegradables en los blísteres de los medicamentos.
Aunque los plásticos biodegradables y los compostables tienen la similitud de que pueden descomponerse o biodegradarse, también existe alguna diferencia entre ellos.
Como ya os hemos comentado, los plásticos biodegradables se pueden descomponer completamente en sustancias presentes en la naturaleza en un tiempo razonable. Por su parte, el plástico compostable, aunque también se biodegrada, está diseñado para ser procesado en instalaciones de compostaje industriales o domésticas con temperaturas y humedades adecuadas para que el plástico se convierta en un acondicionador de suelo utilizable.
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